Belladona, La planta de las brujas
Igual que la mandrágora, la belladona es una de las plantas más conocidas asociadas a las brujas.
Su nombre Atropa belladonna, viene de Átropo, la mayor de las tres Moiras griegas, que terminaba con la vida de los mortales cortando su hilo con sus tijeras, y del italiano bella mujer.
La llamada cereza del diablo, o simplemente venenos, es tan poderosa como peligrosa, y su uso es tan antiguo como la humanidad.
Todas las cosas son veneno y nada es sin veneno; solo la dosis hace que una cosa no sea veneno.
Paracelso
Qué es la belladona
La belladona es un arbusto perenne de la familia de las solanáceas. Esta planta crece hasta alcanzar el metro y medio con tallos muy ramificados y hojas largas y ovaladas. Las flores tienen forma de campanilla de color violeta rosado y verde y sus bayas son del tamaño de una cereza y de color negro brillante.
Es una planta altamente tóxica, uno o dos frutos son capaces de matar a un niño, y entre cinco y diez son mortales para un hombre adulto.
Aunque actualmente también es cultivada en Estados Unidos, la belladona crece desde Europa a Asia y el norte de África, en zonas oscuras y húmedas.
El envenenamiento con belladona se alcanza con pequeñas dosis, los síntomas incluyen problemas de visión, dilatación de pupilas, aceleración del latido cardíaco, excitación nerviosa, desorientación, temblores, convulsiones, ulceraciones gástricas, abatimiento, coma y muerte por asfixia.
Aunque es un veneno también puede ser un antídoto para otros venenos, se ha utilizado por ejemplo para tratar a pacientes víctimas del gas nervioso en la guerra del golfo.
Para qué sirve la belladona
La belladona contiene un alcaloide llamado atropina, en pequeñas dosis produce parálisis, pérdida de memoria, alucinaciones, delirios e incluso la muerte. Recordemos que toda la planta es tóxica, especialmente la raíz y el fruto.
Actualmente la atropina que se extrae de la belladona se utiliza como medicamento sedante y antiespasmódico ya que actúa sobre el sistema nervioso central, para dolores del sistema digestivo, como analgésico en general, para el asma o intoxicación por insecticidas (siempre bajo supervisión médica).
En homeopatía, la belladona se considera uno de los 25 remedios esenciales, se utiliza de una forma extremadamente diluida para bajar la fiebre, para los problemas de sueño, como analgésico, para el reuma, para las infecciones respiratorias o para tratar algunas fobias.
Se conoce el uso de esta planta durante toda la historia de la humanidad, ya aparece en lo papiros de Ebers egipcios (tratado médico redactado aproximadamente en el año 1500 antes de Cristo), se utilizaba como planta medicinal, como afrodisiaco y como veneno.
En la antigua Sumeria y en la antigua Grecia, se utilizaba contra la posesión de demonios o malos espíritus. Este uso aún puede encontrarse en algunas fuentes medievales.
La belladona y la belleza
Una de las hipótesis sobre el origen de su nombre es del italiano "bella mujer", ya que su uso fue muy extendido durante el Renacimiento como cosmético.
Una de las propiedades que tienen los frutos de la belladona es que irritan la piel enrojeciendo la zona afectada, así que las mujeres se lo colocaban el jugo de las bayas en las mejillas para que parecieran sonrojadas.
También se aplicaban el jugo de las bayas en los ojos, al hacer esto, las pupilas se dilatan haciendo los ojos aparentemente más grandes, dando el aspecto de lo que llamaban "ojos de gacela" u "ojos de belladona". Esta práctica es muy peligrosa, llegando a producir en numerosas mujeres intoxicaciones e incluso ceguera total.
La belladona y la brujería
En las antigua culturas paganas europeas, la belladona era muy respetada e incluso reverenciada, era una de las plantas que se decía que formaba parte del jardín de Hécate.
Se consideraba que para poder recoger esta planta y su espíritu fuera favorable, debía hacerse la noche del 23 de abril (festividad de San Jorge), hacerlo desnudo y dejar una ofrenda a cambio.
Es una planta relacionada con la muerte y con los muertos, las brujas escocesas la utilizaban para poder ver a los fantasmas. Algunos historiadores opinan que su nombre puede deberse a la Diosa romana Bellona o Belona, Diosa de la guerra que equivale a la Diosa griega Enio, cuyo nombre significa terror y aparece representada cubierta de sangre.
En el norte de Europa se la llamó baya de las valquirias, otra vez relacionada con la muerte y con la función psicopompa (acompañar a los espíritus de los muertos en su camino a la otra vida), que las valquirias realizan en las culturas germánicas.
Durante la Alta Edad Media y el Renacimiento adquiere un carácter más oscuro si cabe y queda asociada definitivamente a las brujas. Una creencia muy popular es que el espíritu de la belladona salía la noche de Walpurgis, cuando las brujas se preparaban para celebrar el aquelarre y se decía que era usada para cambiar de forma y convertirse en animal.
Su uso más famoso seguramente es en forma de ungüento con el que las brujas frotaban sus escobas. Se creía que las brujas mezclaban el jugo de la belladona con estramonio y mandrágora; para preparar un ungüento con la que frotar el palo de sus escabas y así poder llegar volando a la celebración de los Sabbats o aquelarres.